El vino es una bebida muy popular en todo el mundo, cuenta con un gran sabor y excelentes propiedades para la salud. Estos dos factores han extendido su consumo a todo el mundo, y es por eso que nosotros en este articulo queremos contarte todos los detalles acerca de cómo fabricar nuestros propio vino casero. A continuación te explicamos paso a paso qué debemos hacer.
Seleccionar la uva
El primer paso para comenzar con el proceso de fabricación de nuestro vino artesenal es seleccionar una buena cantidad de uvas, que dependerá del tipo de vino que deseemos realizar. Si no tienes nada específico en mente, recomendamos para empezar, hacerlo con una uva tinta de sabor dulce.
Sin quitarle la piel, debemos proceder a aplastarla. Para ello podremos pisarla, como se hacía en la antigüedad, o utilizar una presa que permitirá extraer todo su jugo. Se recomienda hacerlo mediante ésta última opción, ya que si estamos arrancando fabricaremos cantidades pequeñas de vino. Cuando tengamos más experiencia y hayamos conseguido un aroma y sabor adecuado podremos realizar más cantidad.
Fermentación del vino
Al terminar el proceso de la extracción del jugo, debemos seguir con la fermentación, pero sin retirar los restos de la trituración. Para hacerlo, debemos introducir el vino en un recipiente metálico o en una vasija de barro que tendremos que dejar abierta y esperar 2 días por cada 100 litros de jugo de uva aproximadamente.
En esta etapa del proceso será muy importante controlar la temperatura. Si se trata de vino tinto, la temperatura no deberá superar los 30 grados centígrados. En caso de que estemos fabricando vino blanco, la temperatura máxima será de 20 grados centígrados. Es un dato muy importante, ya que si no controlamos este factor, no podremos seguir con la fabricación.
Proceso de filtrado
Acto seguido debemos continuar con el proceso de filtrado. Se recomienda utilizar un filtro ancho, para que no filtre todas las impurezas, sino solamente los hollejos y pulpas más grandes. A continuación haremos un nuevo filtrado, pero esta vez sí por un filtro más fino, para que las impurezas no puedan pasar.
Por último, debemos utilizar un filtro de tela, con el cual obtendremos una gran pureza. Procedimiento que podremos realizar varias veces.
Maceración
Lo siguiente será comenzar con el poceso de maceración. En este caso debemos introducir el líquido nuevamente en una vasija cerrada, y la dejaremos reposar en un lugar fresco, en donde no haya variaciones de temperatura. Deberá quedar así por un lapso de 30 días, como mínimo.
Se recomienda, en este caso, utilizar una vasija de roble, ya que un aroma y un sabor mucho más adecuado. Si lo hacemos de este modo, es imprescindible dejar macerar por un período superior a 30 días.
Trasiego
Terminado el proceso de maceración, debemos proceder a filtrar el líquido nuevamente, para que quede lo más limpio posible, ya que eliminará los nuevos solidos que hayan aparecido.
Envasado
Terminado el último filtrado podremos comenzar a envasar nuestro vino artesenal. Se recomienda hacerlo en botellas de vidrio y taparlas con un corcho natural. Una vez envasado, debemos esperar al menos 30 días para consumirlo, ya que el líquido deberá adaptarse y conjugarse lo suficiente.
A disfrutar
Esta es la etapa más agradable, ya que podremos probar nuestra creación. Se recomienda esperar unos minutos, desde el descorche hasta la cata, ya que el vino podrá tener una oxigenación adecuada, formando un sabor pleno y final.
Nota: es muy común que los primeros vinos artesanales que hagamos no salgan como lo esperamos, ya que la experiencia nos dará un mejor aroma y sabor. En este sentido, podremos aumentar algunos plazos de maceración o fermentación y luego probarlos, para lo cual debemos fijarnos la diferencia de matices.
