Existen frases que se dicen de forma figurada, pero que sometidas a la realidad pueden llegar a ser literales. Es el caso de la frase «morir de un susto», que un canal de YouTube llamado AsapScience se encargó de analizarla empíricamente. A continuación te contamos los resultados.
Un susto es una situación que se experimenta a través de todo el cuerpo. Se trata de una descarga de adrenalina que se manifiesta físicamente. Estos síntomas pueden ser un aceleramiento del corazón, una fuerte agitación o sudor en el cuerpo. La sensación es la de estar viviendo algo peligroso, y de ahi es que probablemente viene la expresión en cuestión.
Miedos que pueden causar la muerte
Según los científicos, existen miedos que se experimentan en la actualidad que podían causar la muerte o poner en peligro la vida de nuestros ancestros.
Las fobias más comunes de la actualidad son 4: fobia a algunos animales (a las arañas o a las serpientes); fobia a espacios físicos (a la altura); fobias situacionales (claustrofobia); y fobia a las heridas sangrantes (a las agujas).
Esto es así porque este tipo de situaciones eran consideradas en la antigüedad como grandes amenazas. Gracias a la evolución humana y a la información genética y tecnológica, nos hemos preparado instintivamente para evitar estas cosas. En este sentido, es importante destacar que es muy probable que el padecimiento de estos miedos se hereden de los padres, aunque también las experiencias personales pueden influír en la formación de determinadas fobias.
En este orden de ideas, no es la amenaza en sí lo que puede causar la muerte, sino nuestra percepción sobre dicha amenaza, que define la intensidad del miedo que sentimos.
Conclusiones
Los especialistas han determinado que la respuesta es afirmativa. Tecnicamente, un gran susto puede causar la muerte, aunque mucho dependerá de la salud del corazón de la persona.
La respuesta natural e instintiva del cuerpo se llama ‘reacción de lucha o huida’, ya que estamos preparados para defendernos de la amenaza o para salir corriendo.
La descarga de adrenalina que provoca el susto hace que el corazón acelere sus latidos, con lo cual se bombea más sangre y oxígeno a los músculos. Esto hace que en ese momento seamos más fuertes y más veloces. Sin embargo, un gran susto puede provocar que este proceso sea demasiado intenso como para que nuestro corazón lo pueda soportar, y es debido a ello que puede producirse un daño en el tejido e incluso un paro cardíaco.
A pesar de estos argumentos, no hay nada de qué preocuparse si tienes un corazón saludable.
