Bajo la premisa de saber si molesta de igual forma la infidelidad emocional o la infidelidad sexual, se realizó un gran estudio científico que pretende llegar a conclusiones que determinen cuales son sus diferencias, y cómo afectan a hombres y mujeres en pareja.
Dicho estudio científico ha sido realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Chapman en California, Estados Unidos, y fué publicado en la revista Archives of Sexual Behavior.
¿En qué consistió el estudio científico?
De la investigación realizada por los científicos participaron 63.894 voluntarios de entre 18 y 65 años, con una media de 30 años. Todos ellos contestaron una encuesta relacionada a las diferencias existentes entre género y orientación sexual frente a la infidelidad manifiesta, la sexual y la infidelidad emocional.
En este sentido, los participantes debían responder qué era lo que les molestaba más: que su pareja tuviera relaciones sexuales con otra persona sin sentimientos de por medio o que su pareja se enamorara de otra persona pero sin mantener relaciones sexuales.
Cuáles fueron los resultados
Las conclusiones revelaron que la infidelidad sexual molesta mucho a los hombres heterosexuales (54% en los hombres y 35% en las mujeres), mientras que la infidelidad emocional es lo que más enoja a las mujeres heterosexuales (46% en los hombres y un 65% en las mujeres). En relación a los hombres y las mujeres bisexuales, al igual que lo que ocurrió con gays y lesbianas, no hubo grandes diferencias en cuanto a los resultados.
David Frederick, líder del estudio, explica los resultados de la siguiente forma: «los hombres heterosexuales realmente se destacan de todos los demás grupos: eran los únicos que eran mucho más propensos a estar más molestos por la infidelidad sexual más que por la infidelidad emocional. Los celos también puede desencadenar un comportamiento dañino y violento, por lo que es importante entender cuáles son los desencadenantes más potentes de los celos».
Los resultados demuestran que factores como la edad, el nivel de ingresos, el historia de infidelidades, hijos, tipo de relación o antigüedad de la relación actual no guardan ninguna vinculación con la mayor o menor inclinación hacia una u otra infidelidad.
A pesar de ello, cabe destacar que los participantes de menor edad mostraron un mayor enfado o molestia ante la infidelidad sexual que los encuestados de mayor edad.
