MIT y Samsung, están liderando una investigación que aspira a cambiar la manera de fabricar las fuentes de energía en estado sólido para crear modelos más seguros y duraderos.
Las baterías se encuentran presentes en cualquier tipo de dispositivos electrónicos, y además lograron meterse dentro de los vehículos eléctricos. Cuentan con una buena autonomía, pero que no siempre va junto con la creciente exigencia de los consumidores, los cuales buscan un smartphone con una carga que les permita un uso ininterrumpido más allá de las 12 horas.
Su vida útil está limitada a la cantidad de veces que deben recargarse, algo que los investigadores del MIT y Samsung planean transformar con un nuevo modelo al modificar uno de los componentes que son claves de las baterías, llamados los electrolitos, los cuales pasarían de estado liquido a solido para incrementar el numero de cargas de manera ilimitada.
Un gran porcentaje de los modelos de baterías recargables, emplean electrolitos líquidos, y en varios casos tienen la desventaja de levantar temperatura o de provocar alguna explosión. A diferencia, estas baterías solidas podrán incrementar la densidad de carga, en el mismo espacio y evitar su degradación con ciclos de recarga casi ilimitados. Serán mucho más seguras, porque no explotarán ni se
Gerbrand Ceder, uno de los investigadores del MIT, dijo «Podrías tirarlas contra una pared o intentar clavarles un cuchillo y no pasará nada, porque no hay nada que se pueda quemar». Además, agrego: «Con el estado sólido de la batería casi no hay una degradación en sus prestaciones, y podrían durar cientos de miles de recarga», agregó el especialista.
